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bayern munich 19/20

El dominio (del fútbol) de Europa

Bayern Munich gana la Champions League y pareciera que fuese una metáfora económica de su país. Hay marcas que también dominan Europa y el mundo.

Publicado: 2020-08-23

Danke vs Merci. Rojo vs Azul. Adidas vs Nike. Macron vs Merkel. A veces te encuentras con una paridad tan marcada que todo se hace tan comparable y metafórico. Una metáfora del eje franco-alemán (ya avanzado en las semifinales), alrededor del cual se articula Europa. Hoy el Bayern Munich campeona la Champions, pero parece que también refleja el poderío del país teutón y de su modelo económico. De la misma forma que el país y su selección nacional, que vienen asombrando al mundo desde hace décadas gracias a un tipo de gestión que se plantea resultados a largo plazo, lo mismo se puede decir del Bayern. Los resultados de las eliminatorias reflejaron el sistema de poderes, mostraron lo que pinta y pesa cada cual en esta vieja parte del mundo. Si el City era Johnson; si el Barça y el Atleti eran Sánchez; si el Atalanta era Conte (Giuseppe, no Antonio); si el PSG era Macron y si el Bayern era Merkel, fue una final respetuosa con las jerarquías económicas y políticas del continente.

No solo se enfrentaron dos potencias del fútbol mundial, sino también de dos modelos diferentes que ofrece en la actualidad el negocio del fútbol. La victoria del Bayern fue una buena metáfora. Ningún club europeo tan europeo. Ningún club alemán tan alemán. Hoy el club alemán 100% europeo le ganó a un club nacionalizado francés. Es así como el PSG se ha convertido con tantos cheques qatarís. Hoy también triunfó el modelo de negocio clásico alemán frente a la petro-gestión de los franceses. En estos tiempos de jeques, magnates y plutócratas de extrañas y remotas latitudes, el Bayern Munich es la fiel imagen de la autosuficiencia a partir de las esencias propias y el respeto al pasado. Hoy le ganó a un PSG sentimentalmente prostituido y artificialmente forjado a impune golpe de talonario. Frente a un nuevo contexto económico en el fútbol, el Bayern es reconocible. Asegura la estabilidad emocional y, sin dejar de ser moderno, garantiza la continuidad de la tradición y el vínculo irrompible entre generaciones. Debe de ser un motivo de orgullo para su comunidad saber que la entidad es dueña del 75% de sí misma y que el resto de la propiedad lo comparten con porcentajes iguales tres colosos empresariales alemanes. Ni árabes, ni chinos, ni de ninguna otra parte. Alemanes: Allianz, Adidas y Audi.

¿Por qué siempre gana el Bayern? Una sólida organización con una cultura deportiva programada para el triunfo que le ha generado poderío económico para concentrar a los mejores jugadores locales, importantes figuras extranjeras, y una notable política de "inferiores". 

Ese modelo del gigante bávaro se debe en parte a Uli Hoeness, exfutbolista y empresario que aplicó al fútbol los sacrosantos principios de las pequeñas y medianas empresas alemanas de la posguerra: no endeudarse y tener ahorros, algo que ha sido vital para el Bayern durante la crisis del COVID-19.

Por otro lado está el adoptado Paris Saint-Germain y su organización es todo lo contrario al equipo bávaro. El PSG cambió completamente cuando, en 2011, llegaron sus propietarios cataríes liderados por Nasser Al-Khelaifi, haciendo que el club pasara de una discreta segunda línea, incluso dentro del fútbol francés, a acumular títulos y pelear por lo máximo, todo ello a golpe de talonario. Los franceses son controlados por fondos extranjeros, con la firma Qatar Investment Authority como mayor accionista. Con ese colchón financiero con el que cuenta este grupo, que se abastece del petróleo asiático, se compraron sin escatimar a algunos de los mejores jugadores del planeta como Zlatan Ibrahimovic, David Luiz, Edinson Cavani, Javier Pastore, Ezequiel Lavezzi, Neymar, Kylian Mbappé, Gianluigi Buffon y Dani Alves, entre otros. La institución parisina no cuenta con Asamblea de socios, ni ninguna Junta Directiva, y las decisiones pasan exclusivamente por Al-Khelaifi. 

Su modelo ha generado dudas e incluso motivó una investigación de la UEFA por un posible incumplimiento de sus reglas de Fair Play Financiero. Sobre todo, después de completar el fichaje en 2017 de Neymar por 222 millones y asegurarse el de la estrella francesa Mbappé por 180. Las sombras estaban por el origen de sus acuerdos por patrocinio, con la sospecha de que estos estaban inflados para encubrir una inyección de millones procedente de sus propietarios, algo prohibido por UEFA. El organismo europeo abrió una investigación en 2017 pero esta se cerró sin ninguna acusación. Poco después la propia UEFA pidió reabrir el caso, pero el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS por sus siglas en inglés) lo desestimó.

En Alemania, la idea de confiar los mandos de un club a un inversor extranjero procedentes de Rusia, China o un país árabe se considera casi una herejía. Y la directiva del Bayern no ha ocultado cómo de mal ve esa tendencia en varios grandes del 'Viejo Continente'. Dos frases célebres resumían su estrategia: "Cuando los demás van al banco es para pedir prestado. Nosotros vamos a la ventanilla de ingresos" y "No tenemos mecenas, solo colaboradores".

Uno de esos colaboradores es Adidas. La marca alemana es propietaria del Bayern Munich con un 8,33% de las acciones. Su poderío en el fútbol es solo igualado por la multinacional americana Nike. Ambas marcas están muy bien representadas en la final de la Champions League: Bayern Munich (adidas) y el Paris Saint- Germain (Nike). Bayern es tan adidas, que es accionista del club y están con ellos desde hace más de 40 años. El PSG es tan Nike que cuando la marca decidió entrar en el fútbol en 1994, eligió al club parisino para ello y hasta el día de hoy sigue siendo su sponsor. Bien marcados estos sponsors en estos clubes.

La rivalidad entre estas dos marcas nos tomaría a hacer otra nota pero el detalle aquí es que todos los futbolistas que arrancaron de titulares en el partido de hoy o vestían adidas o Nike, lo cual demuestra el poderío en el fútbol de estas dos marcas a nivel mundial. Dominio total en Europa.

La inversión de ambas multinacionales representa un 68% del total entre los sponsors técnicos en Europa. La compañía alemana destinará en 2020-2021 un total de 404 millones de euros, de los que el Real Madrid se come el 30%. La factura de la multinacional estadounidense asciende a 275 millones, con el FC Barcelona como máximo exponente, con un pago anual de 105 millones. Ambas marcas pagan la fiesta del fútbol a nivel mundial.

Asimismo, estas marcas deportivas continúan ganando presencia entre las más valiosas del mundo. Así se desprende del informe Ranking BrandZ de Kantar Millward Brown y WPP, en el que figuran las dos firmas deportivas entre las cien más valiosas. Nike lidera el ránking de las marcas deportivas, tras pasar de la posición 29 a la 21, mientras que Adidas ha ascendido de número 99 al 92 en la lista global. La firma de Oregón está valorada en 49.962 millones de dólares, un 6% más que en 2019. Adidas ha subido un 11%, hasta alcanzar una valoración de marca de 14.812 millones de dólares. Unos gigantes en el deporte.

Hoy Alemania vuelve a brillar a nivel mundial y no hace más que reflejar su poderío deportivo, comercial y de gestión. Desde la perspectiva comercial, la victoria del Bayern (adidas) en la Champions League es gratificante. También, el brillante triunfo del Sevilla (Nike) en la Europa League hace destacar a la multinacional americana. Aún en épocas difíciles para los comercios, siempre ganan este par de marcas. Como dice una reconocida frase de Gary Lineker: 'El fútbol es un juego que enfrenta a once contra once y en el que siempre gana Alemania'. Habría que agregarle 'y que también siempre ganan adidas y Nike'. Danke. Thank you.


Escrito por

Javi Custodio

Publicista geek especialista en diseño estratégico, branding y marketing deportivo.


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